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2013, siglo XXI. ¿De qué otro problema podemos hablar si no es del mundial? Un mundo al que le sucede, le pasa encima, lo impacta de frente, se le adhiere al cuerpo nuestro conocimiento.

No se trata únicamente de consumo, aunque con mucha razón se le intente sintetizar con esta palabra. Tampoco se trata sólo de política. Ni siquiera si consideráramos político el problema ecológico. El problema también lo sentimos en el ámbito privado de nuestra moral, nuestros procesos cognitivos e incluso nuestro equilibrio emocional. Ahora bien, ¿cuál es ese problema? Es terrible intentar precisarlo.

Además no existe un sólo verdadero problema sino que como en todo se trata de una red de problemas, pseudo problemas y acercamientos al problema. Por sobre todo se padece y en primer lugar es importante dirigir nuestros actos con miras a resolverlo, aunque no podamos aún decirlo. Pues si aceptamos que tenemos un problema, es por lo menos raro seguir haciendo las cosas igual, ¿no?

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